Claves Liderazgo

Si no sabemos interpretar lo que vemos correctamente, podemos llegar a conclusiones equivocadas que nos impedirán sacar todo el potencial a nuestros equipos.

En la foto que ilustra la cabecera del post podemos ver una etapa del proceso de construcción de una valla con reja metálica. El cable guía de la parte superior ha sido pasado por los postes anteriores, pero queda colgando al pasar por el que tenemos delante. 

Para los que no conozcan el proceso, este poste podría pasar por irrelevante, pero es uno de los elementos clave de la construcción, porque está reforzado con dos apoyos adicionales y destinado a soportar los tensores que mantendrán la estructura estable, como podemos ver en la siguiente foto.

Fortalezas

En el proceso de construcción de un equipo ocurre algo parecido. Podemos encontrarnos con capacidades y habilidades en algunos miembros del equipo que, a primera vista, pudieran parecer irrelevantes. Sin embargo, es tarea del líder alinear los puntos para reconocer las fortalezas de cada uno de los miembros del equipo.

Teniendo claro que el desarrollo del equipo es una de las tareas más importantes del líder, identificar las fortalezas de las personas a su cargo para situarlas en los puestos adecuados es una de las claves para conseguir equipos motivados y de alto rendimiento.

Es fácil que cuando las personas se incorporen a un equipo lo hagan en un puesto que no es el idóneo. Si hemos buscado un perfil determinado, con las capacidades y habilidades correspondientes, es probable que desempeñe su trabajo con eficacia. Sin embargo, en nuestro seguimiento periódico, podemos detectar que esa persona tiene cualidades para ocupar otro puesto más relevante.

Las reuniones de seguimiento con nuestro equipo son fundamentales para obtener los resultados esperados, y la clave en está en que esas reuniones no se limiten a las evaluaciones de rendimiento o desempeño una vez al año, o cada 6 meses.

Lo ideal es hacer reuniones semanales para el seguimiento de los proyectos y las tareas clave. Con la información recogida de estas reuniones a nivel individual podemos llevar a cabo reuniones mensuales con cada miembro del equipo en el que se tratan tanto su desarrollo personal como las necesidades para seguir creciendo.

El líder no está para controlar al equipo, sino para mantenerlo motivado y ayudar en los momentos necesarios.

Otra de las claves para este proceso de mejora es la autonomía. Lo contrario de la autonomía es el control, y puesto que se encuentran en polos distintos de la brújula de la conducta, nos señalan destinos distintos.

El control lleva a la obediencia; la autonomía lleva al compromiso.

Nuestra gran oportunidad al liderar un equipo es tener a las personas adecuadas y ayudarles a conseguir sus mejores resultados dentro del contexto de nuestro propósito como empresa.

Francisco Páez

Consejero, Interim Manager y Experto en Desarrollo Personal para Directivos y Profesionales