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La educación financiera y las oportunidades: Padre rico, Padre pobre
En muchas ocasiones he comentado que nuestro sistema educativo tiene dos grandes carencias: la falta de educación emocional y la falta de educación financiera.
Este fin de semana he leído por segunda vez el libro, Padre rico, padre pobre, escrito en 1997 por Robert Kiyosaki y Sharon Lechter. Este best-seller “evoca el concepto de libertad financiera a través de la inversión, los inmuebles, ser dueño de negocios y el uso de tácticas de protección financiera; está escrito de una forma anecdótica, orientado a crear un interés público en las finanzas. Kiyosaki y Lechter aconsejan que ser dueño de un sistema o forma de producción, es mejor que ser un empleado asalariado.”
Suelo leer entre 30 y 50 libros al año. Mis intereses se centran principalmente en temas relacionados con el crecimiento personal y la gestión empresarial. Para desconectar, me gustan la novela histórica y la novela negra.
Es poco habitual que lea el mismo libro dos veces, principalmente, porque de los libros relacionados con el crecimiento personal y la gestión empresarial, cuando los termino, hago mi propio resumen que dejo en una nota.
Esto me permite recuperar los subrayados que hice en el libro sin la necesidad de volver a consultar el libro original. Estas notas forman parte de mi entorno personal de aprendizaje y las consulto cada cierto tiempo, por temas.
Han pasado nueve años desde que leí por primera vez Padre rico padre pobre. Recuerdo perfectamente aquella etapa profesional y la inquietud que me llevó a leer el libro. Ayer, escuchando un podcast sobre ventas surgió de nuevo el nombre de Robert Kiyosaki, junto al de Jordan Peterson, y sentí la necesidad de leer de nuevo el libro.
Tengo que reconocer que ha sido una experiencia curiosa. En aquella época no había empezado todavía a guardar los resúmenes de los libros que leía, pero el libro conserva los subrayados que hice durante mi primera lectura. Está siendo muy relevante comparar aquellos subrayados con mis inquietudes actuales. Me muestran cómo he cambiado.
A pesar de haber transcurrido casi 30 años desde la publicación del libro y de que, por tanto, muchos ejemplos están fuera de lugar actualmente, sus lecciones siguen siendo fundamentales para entender la necesidad de tener inteligencia financiera.
Dejo aquí algunas ideas con las que me quedo de esta segunda lectura:
“Acceder a una buena educación y tener buenas notas ya no asegura el éxito, y nadie parece haberlo notado, excepto nuestros hijos.”
La conversación con mis hijas sobre la poca utilidad de ciertas asignaturas, y de la incompetencia de algunos profesores, es cada vez más habitual.
“La educación es la base del éxito. Y tanto como son importantes las capacidades escolares, también son importantes las capacidades financieras y de comunicación.”
“Una de las razones por las cuales los ricos se hacen más ricos, los pobres se hacen más pobres, y la clase media lucha con las deudas, es porque lo que tiene que ver con el dinero se enseña en el hogar, y no en el colegio.”
Nosotros somos los que enseñamos a nuestros hijos educación financiera, aunque sea de manera inconsciente, con nuestro ejemplo.
“Los pobres y la clase media trabajan para ganar dinero, los ricos hacen que el dinero trabaje para ellos.
La mayoría de la gente, cuando gana más dinero, sólo se endeuda más.”
Es algo que se mostró de manera dramática en la crisis de 2008 y que la gente parece haber olvidado ya.
“Una vez que una persona deja de buscar información y conocimiento de sí mismo, la ignorancia se apodera de ella.”
El autoconocimiento es una gran oportunidad para crecer y desarrollarse, pero a mucha gente “le da pereza”.
“Aprende a utilizar tus emociones para pensar, no pienses con tus emociones.”
Como decía al principio, la educación emocional es otra de nuestras grandes carencias.
“Lo importante en la vida no es cuánto dinero ganas, sino cuánto dinero conservas.
Si quieres ser rico, necesitas saber de finanzas.”
La otra gran carencia, la falta de educación financiera. Culturalmente en nuestra sociedad “está feo hablar de dinero”.
“Aptitud financiera: qué hacer con el dinero una vez que usted lo ha ganado, cómo evitar que los demás se lo quiten, cuánto tiempo conservarlo, y qué tan duro trabaja ese dinero para usted.”
Es fundamental comprender cómo funciona el “flujo de efectivo” y recordar la diferencia entre un activo y un pasivo.
“La inteligencia financiera se compone de las siguientes cuatro habilidades técnicas principales:
1. Educación financiera. La capacidad de leer números.
2. Estrategias de inversión. La ciencia del dinero que crea dinero.
3. El mercado. Oferta y demanda. Alguien estaba comprando y alguien estaba vendiendo.
4. La ley. Conocer reglas y regulaciones de contabilidad, corporativas, a nivel estatal y nacional. Recomiendo jugar de acuerdo con las reglas.”
El mercado cambia, las reglas cambian y siempre podemos estar aprendiendo algo nuevo que nos ayude a detectar la siguiente oportunidad que aparezca.
“En ocasiones usted gana y en ocasiones usted aprende.
El fracaso es parte del proceso del éxito. La gente que evita el fracaso también evita el éxito.”
Es fundamental aprender de los fracasos para dejar de considerarlos como tales.
Para no extenderme demasiado, dejo los aspectos más técnicos desplegados en el libro y te recomiendo su lectura, si no lo has leído aún.
Me quedo con la idea central de que la inteligencia financiera es algo necesario si queremos tener éxito en al vida, y que es algo que deberíamos transmitir a nuestros hijos para ayudarles en su futuro personal y profesional.