Liderazgo y autoconocimiento

El liderazgo es un tema recurrente que entra y sale de nuestras vidas si nos movemos en un entorno profesional. Aunque se ha escrito mucho sobre el tema, seguimos encontrando grandes carencias al respecto en la mayoría de las organizaciones. En esta reflexión quiero conectar el tema del liderazgo con el del autoconocimiento, qué tan de moda está últimamente.

Citando a Luís Huete:

“Liderazgo es hacer que la presencia de uno haga mejores a los demás y conseguir que esa mejora perdure en nuestra ausencia.”

Y para ayudar a los demás a crecer como equipo y a desarrollarse lo primero es conocerse a uno mismo.

¿Cómo vamos a ayudar a nuestro equipo a crecer y a desarrollarse si no nos conocemos, si no sabemos cómo somos?

El autoconocimiento nos ayuda a identificar nuestras creencias, nuestros valores y nuestras emociones, que son tres elementos fundamentales de nuestra identidad.

Cuando sufrimos no lo hacemos por lo que nos ocurre, sino por lo que pensamos sobre lo que nos ocurre. Son nuestros pensamientos y no lo que nos ocurre lo que nos hace sentir felices o infelices.

Si queremos ayudar a nuestro equipo a crecer tenemos que conocer a cada una de las personas que lo componen. Y cuando entremos en el mundo de las conversaciones, tendremos que estar preparados para tratar cualquier tema que necesiten desarrollar.

Si no conocemos nuestras creencias, si no tenemos identificados nuestros valores, si no sabemos gestionar nuestras emociones, seremos de muy poca ayuda.

Aunque de entrada pueda aparecer egoísta el centrarnos primero en nosotros mismos, tenemos que estar bien para poder ayudar a los demás. Si estamos cargados de sufrimiento, desbordados por el estrés y somos esclavos de nuestras emociones, no podremos aportar gran cosa.

Si conseguimos el equilibrio emocional que nos proporciona el autoconocimiento, aprendiendo a identificar por qué reaccionamos como lo hacemos a ciertas situaciones, tendremos la oportunidad de convertirnos en mejores líderes.

La forma en cómo abordemos los problemas y las diferentes situaciones del día día servirá de ejemplo a nuestro equipo.

Cada una de las personas a nuestro cargo tiene que tener claro que puede recurrir a nosotros ante un  problema o una necesidad. Si en esos casos reaccionamos con enfado o frustración, no volverán a confiar en nosotros y habremos perdido una magnífica oportunidad de ejercer nuestro liderazgo.

Si conocer a nuestro equipo es importante para poder ayudarles a crecer y a desarrollarse, conocernos a nosotros mismos es un paso previo imprescindible.

“De todos los conocimientos posibles, el más sabio y útil es conocerse a sí mismo”.“

William Shakespeare

EL ENEAGRAMA

Una de las herramientas que nos puede ayudar en este proceso es el Eneagrama de la personalidad.

Eneagrama

Dicen los expertos que existen nueve tipos básicos de personalidad. Nacemos con un tipo y no se puede cambiar. Al igual que ocurre con las emociones no existen tipos buenos ni malos, y cada Eneatipo tiene dos caras: la esencia y el ego. Desde la esencia sacamos lo mejor de nosotros mismos y desde el ego lo peor.

Cada uno de los Eneatipos representa una forma diferente de ver la vida y de vivirla. Lo interesante es que el Eneagrama es como un manual de la personalidad que nos ayuda a saber por qué reaccionamos como reaccionamos a lo que nos ocurre.

Cada Eneatipo es adecuado para un tipo de desempeño y si no conocemos el nuestro podríamos estar en un puesto inadecuado, lo que nos llevaría a estar sufriendo cada día con nuestro trabajo.

Una vez conocido nuestro Eneatipo dominante podemos identificar cuales de nuestras acciones están guiadas desde el ego y cuales desde la esencia. A continuación podemos diseñar un proceso de mejora personal que nos lleve a convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.

De esta forma, el autoconocimiento nos permite conocernos más para liderar mejor.

* La imagen de cabecera es de Danielle MacInnes en Unsplash

Francisco Páez

Consejero, Interim Manager y Experto en Desarrollo Personal para Directivos y Profesionales