Desarrollo personal bottom-up

Aunque lo habitual en el desarrollo personal dentro de las empresas suele ser que se empiece por el CEO, Director General o propietario, hay ocasiones en las que el proceso de crecimiento del equipo empieza más abajo en la escala jerárquica.

La recomendación de empezar por la cúspide de la pirámide tiene su razón de ser y se basa en varios criterios:

  1. El máximo responsable de la organización tiene entre sus funciones el desarrollo estratégico de la compañía y el crecimiento del equipo.
  2. Suele tener una formación mayor que le sirve de base para el crecimiento personal.
  3. Tiene mayor perspectiva de la organización, de forma que puede apoyar el crecimiento de los demás con su experiencia.

Sin embargo, en ocasiones ocurre que el líder no está en un momento adecuado para crecer o los miedos son mayores que su decisión de desarrollo.

En estos casos, algunos directivos pueden tomar la iniciativa para abordar su propio crecimiento personal dentro del equipo, aún sin contar con la ayuda y el apoyo inicial del líder.

Mi recomendación en estas ocasiones, poniéndome en el papel del directivo que quiere desarrollarse, es tomar nuestro camino de crecimiento personal independientemente del entorno, marcando nuestros objetivos y llevando a cabo nuestras propias acciones.

En el camino del desarrollo personal hay muchos obstáculos, por lo que tenemos que ir abordando las distintas etapas con convicción plena, sin dejarnos influir por los factores externos.

ETAPAS DEL CRECIMIENTO PERSONAL

  1. Ser conscientes de nuestro estado de infelicidad
  2. Identificar las causas que nos producen este estado
  3. Abrir el camino del Autoconocimiento
  4. Identificar nuestras creencias, valores y emociones
  5. Aumentar nuestro nivel de “consciencia”
  6. Aprender que nuestra felicidad solo depende de nosotros
  7. Cambio de actitud y de hábitos

En un entorno profesional en el que no ejercemos el papel de líder, nuestro crecimiento personal no pasa inadvertido.

Dependiendo del punto de partida, es decir, de nuestras emociones, nuestro carácter y nuestras reacciones, los cambios se percibirán más pronto o más tarde, pero se notan.

Lo aprecian los compañeros, los colaboradores, nuestra pareja y nuestros hijos (si los hay), nuestros amigos y, en general, cualquier persona con la que nos relacionamos habitualmente.

Porque se trata de un crecimiento personal, que llevamos con nosotros a todos los ámbitos de nuestra vida, tanto personal como profesional.

Y en el puesto de trabajo, termina llegando al líder, que percibe esos cambios y el impacto positivo que tiene a nuestro alrededor.

En la mayoría de los casos esto produce un efecto contagioso que permite involucrar al resto del equipo y al líder en sus propios procesos de crecimiento personal.

Así que, si estabas considerando que no puedes hacer nada para que mejore tu entorno profesional porque no estás en la parte superior de la pirámide, déjame decirte que estás equivocado.

Cada uno de nosotros puede ser el motor de cambio si empezamos por nosotros mismos.

Como decía Gandhi:

“Tal y como un hombre es capaz de transformar su propia naturaleza, también cambia la actitud del mundo hacia él. No necesitamos esperar a ver lo que hacen los demás.”

Aunque la cita más común relacionada con este mensaje y erróneamente atribuida a Gandhi es:

“Se el cambio que quieres ver en el mundo.”

! Buen camino !

Francisco Páez

Consejero, Interim Manager y Experto en Desarrollo Personal para Directivos y Profesionales