Felicidad y talento

Leía hace unos días un artículo en el que se criticaba abiertamente el nuevo enfoque que buscan muchas empresas hacia la felicidad de sus empleados.

Tengo que decir de entrada que no soy partidario de la nueva figura del “pon-aquí-tu-título-preferido” (responsable, director, gestor, etc.) de felicidad dentro de las empresas. Considero que el concepto de la felicidad es mucho más complejo que eso y que depende totalmente de cada persona.

Sí que estoy de acuerdo en que las personas felices son más productivas y en crear entornos de trabajo motivadores que, unidos a una adecuada alineación de objetivos personales y corporativos, lleven a las empresas a otro nivel.

Considero que ambas cosas son posibles y me sorprenden las críticas del tipo “los besos y los abrazos no consiguen que una persona llegue a final de mes ni se pague una hipoteca”. En mi humilde opinión es como mezclar churras y merinas. 

En primer lugar las empresas tienen que ofrecer salarios dignos y condiciones laborales saludables compatibles con una vida personal en lo referente a horario y carga de trabajo. Sin embargo, el hecho de que la empresa se preocupe además de la felicidad de sus empleados me parece algo positivo.

Es cierto que la felicidad es algo relativo a cada persona y ahí es dónde tiene el reto los responsables de los departamentos de personas en cada organización, para identificar cómo pueden contribuir a la felicidad de sus empleados.

Por otra parte, me gusta mucho el enfoque de Gerardo Schmedling en su desarrollo de la Aceptología, en el que señala dos razones por las que vinimos al mundo: 

“Ser feliz por mí mismo y aprender a Amar y Servir a los demás.

Gerardo Schmedling

“Una persona que no es capaz de ser feliz por sí misma es un verdadero peligro social, porque cuando yo no soy capaz de ser feliz por mi mismo, entonces yo supongo que los demás son los que me van a hacer feliz. Los demás pueden llamarse pareja, hijos, padres, empresa, compañeros, amigos, vecinos, circunstancias de la vida… Esas expectativas no se cumplen porque la felicidad no la voy encontrar afuera sino dentro de mí, y ese es mi primer error.”

Con este enfoque en mente, desde mi punto de vista la labor del departamento de personas en este aspecto podría ser ayudar a los empleados a descubrir esto. Acompañarles en su camino de crecimiento personal a través del Autoconocimiento a descubrir sus creencias limitantes y a conocerse mejor.

Comparto la reflexión de ese artículo de que es fácil tener buenas políticas hacia el empleado cuando todo va bien. De hecho conozco de cerca casos de empresas que en la época de las vacas gordas anterior a la crisis del 2008 tenían muchos detalles de este tipo con sus empleados, tales como salas de descanso con sillones reclinables para dormir la siesta, TV, cestas de frutas disponibles a todas horas, etc. Cuando empezaron las vacas flacas todo eso despareció y se puso el foco en reducir gastos y aumentar la rentabilidad. Lo habitual.

También tengo un recuerdo sobre un gran empresario que había pasado por 5 crisis a lo largo de su dilatada vida profesional y comentaba en un desayuno empresarial que su máxima era “gestionar siempre como si estuviéramos en crisis”, evitando el despilfarro en las épocas de vacas gordas.

Me parece muy acertado que las políticas de empresa incluyan prácticas que sean sostenibles en el tiempo y no dependan solamente de que las cosas nos vayan bien.

Considero que invertir en nuestros empleados es lo que proporciona mayor rentabilidad en cualquier empresa. Tanto si hablamos de formación como de clima laboral, estas inversiones son una apuesta clara para la atracción y retención del talento, tan escaso y tan buscado en estos días.

Hace poco mas de un mes una gran empresa con miles de empleados trató de captar a varios directivos de una PYME con unos 70 empleados y no se marchó ninguno a pesar de las condiciones tan atractivas que le pusieron encima de la mesa. Me consta que sus salarios, estando por encima del convenio, no son los más altos del mercado y sin embargo rechazaron la oferta.

La diferencia claramente está en el clima laboral y en la cultura de la empresa, que apuesta realmente por sus empleados con un modelo sincero de responsabilidad social y conciliación con la vida personal, lejos del postureo que impera en otras organizaciones.

Si te gustaría incorporar el Autoconocimiento para el Desarrollo Personal y Profesional en tu vida o en la de tus empleados, no dudes en contactar conmigo o escoger un Plan de Desarrollo Personal de entre estas propuestas.

Francisco Páez

Consejero, Interim Manager y Experto en Desarrollo Personal para Directivos y Profesionales