Empresa familiar

Hace unos días abrimos una sala en Clubhouse para conversar sobre la empresa familiar.

Aunque en un primer momento nos centramos en las fortalezas y las dificultades de la empresa familiar para afrontar las crisis, la tertulia derivó luego hacia un tema interesante: las nuevas empresas familiares.

Según los últimos estudios publicados del Instituto de la Empresa Familiar, las empresas familiares representan el 90% del total, aportan el 60% del Valor Añadido Bruto y representan el 70% del empleo privado.

La cuestión podría ser que cada vez es más difícil convertirse en una empresa familiar.

Quizá en este punto merece la pena pararse a considerar el concepto de empresa familiar.

Haciendo un resumen de la definición de la Wikipedia, estas son algunas de las claves:

  • Están formadas por los miembros de una o más familias, y la toma de decisiones está influenciada por los miembros de una familia y sus propios intereses. 
  • Buscan que las sucesivas generaciones le den continuidad a la empresa tomando el control de la misma. Por lo que las empresas en las que el único miembro que participa es el dueño y administrador no se consideran empresas familiares.
  • Existe el deseo de permanecer en el tiempo la obra del fundador. 

Por una parte tenemos la dificultad de la continuidad de las nuevas empresas y, por otra, el reto de convertir una empresa en familiar.

Teniendo en cuenta que actualmente se fundan muchas empresas en el entorno de la tecnología, Internet y las redes sociales, es difícil que estos modelos de negocio tengan suficiente recorrido para alcanzar una segunda generación.

Los rápidos cambios del mercado acortan los ciclos de viabilidad de las empresas, dando paso a muchas startups con productos o servicios de poco recorrido y a tiro de las grandes corporaciones para ser absorbidas si son rentables y con futuro.

Como se desprende de la definición de empresa familiar, no basta solamente con que la hayan puesto en marcha varios hermanos o unos padres con sus hijos.

El concepto tiene mucho que ver con el objetivo principal de la empresa y su visión de continuidad en el tiempo.

También está relacionado con el hecho de querer mantener el control y la dirección de la empresa en manos de la familia.

Y para ello se hace necesario un protocolo familiar y un código de buenas prácticas que permita preparar los relevos de forma adecuada y evite al máximo las disputas familiares.

En segundo lugar, convertirse en una empresa familiar no es fácil.

Conozco empresas fundadas por varios socios, cuyos hijos se han incorporado a la misma, sin una mentalidad de empresa familiar.

Aunque van apareciendo los típicos conflictos relacionados con el compromiso, la responsabilidad o el salario de los hijos, les cuesta ser conscientes del punto en el que se encuentran y de la necesidad de adoptar la identidad de una empresa familiar para garantizar su futuro.

Lo habitual es querer evitar las discusiones que se producen por estos temas, dejando que las cosas vayan ocurriendo por inercia, sin abordar los temas clave.

Pasado un tiempo, se hace inevitable afrontarlo, dando paso a una etapa dura de discusiones que suele dejar tocada la relación entre socios. Si no se llega a buen puerto, la empresa puede perder su continuidad y disolverse.

Con el fin de dar el salto a un formato real de empresa familiar son necesarios varios pasos, entre los que destacaría:

  • Crear un protocolo familiar que sirva de guía
  • Definir un código de conducta
  • Establecer la distribución de los puestos clave
  • Marcar las responsabilidades y los compromisos 
  • Definir salarios
  • Establecer el relevo y su preparación

En un proceso de definición de empresa familiar y en cada relevo se hace necesario un ejercicio de humildad y generosidad, anteponiendo los intereses de la empresa a los propios.

De forma paralela a las necesidades de organización y gestión de la empresa, hay una serie de temas clave desde el punto de vista de la familia:

  1. Capital: distribución y necesidades
  2. Control: tanto en la empresa como en la familia
  3. Ocupación: puestos de responsabilidad y dirección
  4. Conflicto: prevención y resolución
  5. Cultura: valores y su transmisión

Teniendo en cuenta la importancia de las empresas familiares como motor principal de nuestra economía y como fuente de empleo, es fundamental cuidarlas y dar los pasos necesarios para que las futuras generaciones sepan darle continuidad, asumiendo su responsabilidad.

* La imagen de cabecera es de timJ en Unsplash

Francisco Páez

Consejero, Interim Manager y Experto en Desarrollo Personal para Directivos y Profesionales