![Teletrabajo](https://franciscopaez.com/wp-content/uploads/2020/04/Teletrabajo-scaled.jpg)
Abr
Confinamiento, teletrabajo y transformación digital
Estoy leyendo estos días muchas opiniones acerca de las oportunidades que se nos presentan desde el confinamiento con respecto al teletrabajo.
Es cierto que muchas organizaciones se han visto obligadas a tener a sus empleados trabajando desde casa y, en la mayoría de los casos, el resultado es muy satisfactorio.
Tras unos primeros días de adaptación, de seleccionar y configurar herramientas, multitud de personas desempeñan su trabajo a distancia, manteniendo la reuniones necesarias por videoconferencia.
Y son muchos los que reconocen ahora las virtudes del teletrabajo:
- Ahorra mucho tiempo.
- Evita desplazamientos.
- Reduce costes.
- Limita las interrupciones (si no las tenemos en casa).
- Permite conciliar la vida familiar-profesional.
También es cierto que los que no estaban acostumbrados a trabajar en casa han tenido que aprender, porque hace falta más disciplina y organización para sacar adelante las tareas sin hacer una jornada eterna, a causa de las interrupciones familiares o las distracciones.
Sin embargo, estoy convencido de que una vez que podamos recuperar la normalidad laboral, aunque sea de forma escalonada y con medidas de seguridad para evitar nuevos contagios, pocas empresas mantendrán el teletrabajo como una opción abierta para sus empleados.
El trabajo a distancia voluntario implica un nivel tal de madurez de la cultura de empresa que es poco probable que se desarrolle en estos meses de confinamiento. Para que este cambio se produjera sería necesaria una transformación en varios niveles de las organizaciones:
- En primer lugar las personas tendrían que pasar a trabajar por objetivos y proyectos, como sucede en las startups y firmas tecnológicas, dejando atrás la cultura del presentismo, todavía muy habitual en muchas empresas.
- En segundo lugar, los líderes tendrían que mejorar su capacidad real para delegar.
- En tercer lugar, sería necesario un aumento de la capacitación de las personas en relación a sus competencias transversales, su compromiso y su responsabilidad.
- Por último, y más importante, sería necesario aumentar el nivel de confianza en las personas, para dotarlas de autonomía y flexibilidad.
Sinceramente creo que muchas organizaciones no implementarían el teletrabajo voluntario porque no confiarían en sus empleados. Muchos jefes necesitan vigilar a sus subordinados y muchos empleados están tan acostumbrados a esto que no sabrían organizarse con autonomía de un día para otro.
Para conseguirlo considero necesario un proceso de adaptación que permita llegar a una cultura de empresa que integre de manera natural el teletrabajo. Una buena opción a medio y largo plazo podría ser un modelo mixto en el que los empleados combinen las jornadas presenciales con otras a distancia.
Esto permitiría mantener las relaciones directas, la socialización y el sentido de pertenencia, aprovechando al mismo tiempo las ventajas que estamos experimentando del trabajo a distancia.
Lo mismo sucede con la Transformación Digital. Aunque muchas organizaciones hayan incorporado en estas semanas herramientas digitales a sus procesos de trabajo, esto se ha hecho de manera forzada, sin tiempo para acompañar a las personas en un proceso de adaptación progresivo.
En resumen, considero que nos encontramos ante una oportunidad para incorporar la Transformación Digital y el trabajo a distancia en nuestras organizaciones si estamos dispuestos a trasladar estos cambios a nuestro día a día, con el impulso de una nueva cultura de empresa.