Desarrollo

Soy un convencido de que, como somos una sola persona, nuestra vida personal y profesional es muy difícil de separar. Para los que trabajamos por cuenta propia todavía lo es más.

Por otra parte, al menos en mi caso, no considero necesario establecer esta separación, porque para mí tener la vida personal y profesional integradas tiene más ventajas que inconvenientes.

Hago esta reflexión como introducción porque últimamente cuando hablo de Desarrollo Personal puede parecer que no está conectado con el Desarrollo Profesional. Yo considero que están íntimamente ligados, sobre todo en perfiles profesionales que necesitan desarrollar habilidades transversales y no tanto técnicas, que están más cerca del desarrollo personal, aunque luego tengan un gran impacto en la vida profesional.

Partiendo de esta premisa, y teniendo en cuenta la velocidad de cambio del mercado actual, considero que los profesionales tenemos que estar en un proceso constante de mejora continua. Me encantó la reflexión de Amalio Rey en su post “Céntrate en lo que no cambia y comparto con él que no se trata de ir como locos detrás de cada nueva idea, ni por el contrario dejar de innovar, sino de “hacerlo en esos ámbitos donde se note más.”

En los procesos de acompañamiento a directivos y profesionales, para ayudarles en su mejora personal y profesional, siempre pongo sobre la mesa de trabajo tres elementos que considero fundamentales:

Compromiso

COMPROMISO
El compromiso es clave en cualquier proceso de mejora profesional, y suelo establecer diferentes niveles:

  • Compromiso contigo mismo.
  • Compromiso con el mentor coach.
  • Compromiso con el proceso.

Suelo encontrarme a menudo, tanto en mi caso como en el de otros compañeros, que la persona que busca su mejora profesional o personal no tiene el nivel de compromiso necesario. Porque el nivel de compromiso necesario es de un 100%. En ocasiones, cuando preguntamos a la persona cuál es su nivel de compromiso para cumplir los objetivos que se ha propuesto, nos encontramos con respuestas del tipo: un 60%, un 80%. Y eso, por desgracia, no es suficiente. 

En primer lugar, porque situar el nivel de compromiso por debajo del 100% significa que no se confía lo suficiente en el proceso y, por tanto, no se va a poner todo el empeño en llevarlo a cabo.

En segundo lugar, porque yo, como mentor o como coach, me voy a comprometer con tu compromiso.

DISCIPLINA
Disciplina es hacer lo que tienes que hacer, aunque no te apetezca. La disciplina es una de las herramientas más poderosas en los procesos de mejora personal y profesional. Una vez marcados los objetivos, la disciplina es dar cada día un pasito, por pequeño que sea, que te va acercando a esos objetivos. Aunque pueda parecer que los avances son pequeños, con disciplina, se alcanzan los objetivos tarde o temprano.

CONSTANCIA
Al igual que la disciplina, la constancia es la que nos permitirá llegar a donde nos hayamos marcado. La mayoría de la gente no fracasa, sino que desiste. La sociedad está instalada en una mediocridad tan extendida, que hay muy pocas personas en los niveles de excelencia. Porque llegar a ellos supone esfuerzo y constancia.

Si quieres convertirte en un referente en cualquier sector, lo único que tienes que hacer es ser constante y mantenerte enfocado en ese tema. Si te formas, si lees, si escribes, si hablas sobre ese tema, terminas por convertirte en un referente.

Lo mismo ocurre con el desarrollo personal. Si buscamos mejorar en un hábito, una competencia o una habilidad, la constancia es nuestra mejor aliada. 

LAS HERRAMIENTAS
Es evidente que cada persona ha desarrollado unos niveles de disciplina y constancia condicionados por muchos factores. Desde la educación y el ejemplo recibidos, hasta su círculo de amistades más cercanas. No hay que olvidar que se dice que somos el promedio de las cinco personas con las que más tiempo pasamos.

Sin embargo, podemos reforzar nuestra disciplina y nuestra constancia apoyándonos en herramientas y hábitos que son fáciles de implementar en nuestro día a día.

LA GESTIÓN DE TAREAS
Con un sencillo gestor de tareas y una metodología que nos permita trasladar nuestros objetivos y nuestros planes de acción a tareas concretas, podemos dar un gran paso adelante. El gestor de tareas nos permite  distribuirlas en función de nuestra carga de trabajo, adjuntar información, compartirlas y poner avisos.

CALENDARIO Y RECORDATORIOS
Si ponemos las citas en el calendario y usamos los recordatorios conseguiremos una de las piezas clave para centrarnos en nuestro desarrollo personal:

“VACIAR LA MENTE”

La idea principal es poder centrarnos al máximo en lo que estemos haciendo en cada momento, quitándonos de la cabeza el habitual “Que no se me olvide ….”

Con las herramientas podemos estar seguros de que no vamos a olvidar nada y para ello, cada vez que nos acordamos de algo o nos llega nueva información, hay que anotarla y pasarla a nuestro sistema de información. Este proceso de “captura” nos deja el resto del tiempo disponible y toda nuestra capacidad y atención centradas en las tareas que vamos a realizar.

Como conclusión, me reitero en la idea de que el compromiso, la disciplina y la constancia son elementos fundamentales que nos pueden ayudar en gran medida en nuestro proceso de desarrollo personal y profesional. En nuestras manos está el trabajarlo de la mejor forma posible.

Francisco Páez

Consejero, Interim Manager y Experto en Desarrollo Personal para Directivos y Profesionales