Ene
Atracción y retención del talento en la Era de las Emociones
Tras haber dejado atrás la Era Industrial nos hallamos inmersos en la Era del Conocimiento, que se combina irremediablemente con la Era de las Emociones.
Por una parte las marcas han dejado de vendernos sus productos para centrar su oferta en las emociones.
Los anuncios de coches, teléfonos móviles, viajes o restaurantes entre otros, ya no muestran el producto ni presumen de sus características más destacadas.
Actualmente utilizan señales que activan nuestros anhelos más profundos a través de las emociones:
Por otro lado tenemos el mundo de la empresa. Empresas formadas por personas que, en su vida diaria, son blanco de esa nueva Era de las Emociones que nos invade desde todos los rincones y que nos anima a actuar desde nuestros impulsos más básicos.
Sin embargo, nos encontramos con una contradicción: en este mundo de las empresas seguimos gestionando a las personas con los recursos del “Management” del siglo pasado.
Aunque se habla mucho de cultura de empresa, de valores, de la importancia de atraer y retener el talento, lo cierto es que en la mayoría de las empresas siguen imperando estilos de dirección que se alejan bastante del camino del auténtico liderazgo.
Es llamativo el hecho de que el concepto de Experiencia del Cliente (CX por sus siglas en inglés) se haya abierto paso en las organizaciones como un nuevo mantra: poner al cliente en el centro. Algo que no es nuevo pero que rodeado del aura correspondiente se vende mejor.
Los curioso es que los primeros clientes de las empresas deberían ser sus propios empleados; el cliente interno.
“Si cuidas a tus empleados, ellos cuidarán a tus clientes.“
Desgraciadamente, salvo honrosas excepciones, se sigue repitiendo la dinámica de vender imagen de marca de cara a la galería, mientras seguimos escatimando el valor a nuestros empleados.
En lugar de llenarnos la boca (y las redes sociales) con los mensajes de moda sobre la atracción y retención del talento, podríamos empezar a ocuparnos en serio de las personas de nuestro equipo.
Pocas empresas (poquísimas diría yo, sobre todo en la pyme) tienen planes de desarrollo de carrera para sus empleados o modelos de competencias y análisis del potencial.
Soy consciente de que la situación económica sigue siendo crítica en muchos sectores, de que la globalización ha cambiado la reglas de juego en muchos mercados y de que la innovación disruptiva ha dejado en la cuneta a muchas empresas que tenían una posición cómoda en el mercado.
Sin embargo, considero que hay que resolver cuanto antes la falta de productividad que se ha instalado de manera generalizada en la mayoría de empresas.
Y las nuevas tendencias de atracción y retención del talento en esta Era de las Emociones nos proporcionan una oportunidad única para resolver los dos problemas de forma simultánea:
- Aumentar la competitividad
- Mejorar el clima laboral
Las nuevas generaciones vienen pisando fuerte con unas convicciones y prioridades muy diferentes a las existentes en muchas empresas.
Si queremos contar con ellas (y no podemos permitirnos el lujo de perderlas) tendremos que impulsar aires de cambio real en nuestras organizaciones.